"..Era necesaria una señal clara y contundente. El Augurio para dar comienzo un evento tan colosal, la Estación sublime del Bosque, un periodo de tiempo narcótico, un trance arquero...".Vaticinio de buen invierno, el Augurio es este manto de niebla blanco y espeso. Un muro de vapor que las flechas separan penetrando en su firme pared y volando hacia destinos ocultos. Esa es la determinación del arquero atravesando con su flecha la invisibilidad, cualquier obstáculo, el miedo, la inseguridad, la iracunda naturaleza que mediante el viento, la lluvia y el frío trata de enmascarar su verdadera riqueza y fertilidad.
Todos los arqueros vencen si lo intentan cuando su triunfo lo otorga una simple flecha, certera en la debilidad para dejarla atrás y demostrar que las medallas no son ningún premio.
Son los abrazos de los compañeros, haberlo intentado, haber aprendido, la satisfacción de vencer frustraciones y dejar que puedan difuminarse como la niebla.
Atreverse a intentarlo, sí es vencer. Vencer es colgar cada experiencia en nuestro carcaj como si fuera una flecha más y extraordinariamente valiosa. La flecha que nunca falla.
Te esperamos Invierno, con nuestro arco y nuestra mejor flecha.
